Rompiendo las ataduras
LA ESCLAVITUD DE LAS ADICCIONES Aquella que concurre cuatro veces en la semana al instituto de belleza para mantener una apariencia exterior impecable; la que es adicta a las telenovelas; la que vive en el gimnasio modelando su figura por encima de la media habitual; la que se mata por mantener su casa impecable con prioridad sobre la atención de su esposo o sus hijos. Otra es alcohólica y otra adicta a las drogas recetadas. Todas tienen comportamientos dependientes. El diccionario define la adicción como Rendir la voluntad a algo, de manera obsesiva. El gran peligro en la adicción es el hecho de rendirse, de entregarse a otro poder permitiendo que la voluntad se torne pasiva. Muchos adictos niegan que hayan entregado su voluntad e insisten en repetir: Puedo abandonar eso en cualquier momento. Pero las cadenas no se rompen hasta que no deciden entregarse al poder del Espíritu Santo para ser liberados. La Escritura nos advierte en 1 Pedro 2:11: O...